Prosigo con la ruta establecida,
y camino por la vida.
Me detengo a mirar un bosque siniestro,
no hay mas opciones, no puedo elegir, tengo que pasar por ahí.
Pero cojo mi bastón y con mucha valentía me adentro.
Todo está muy oscuro, apenas puedo ver,
pero avanzo hacia delante, y no me detengo.
Tengo miedo, tengo frío, todo esto está vacío,
parece que esté cayendo por el abismo.
Tropiezo con una piedra y me caigo,
pero sin pensarlo me levanto.
Observo a lo lejos, un pequeño rayo de luz.
A medida que me acerco, más grande se ve.
¡Por fín he salido!
y ahora, ¿donde me he metido?
Me giro, y miro todo lo que hay a mi alrededor
y veo al Sol, con su esplendor.
El cielo claro y totalmente despejado.
Me agacho y contemplo el lago, de agua limpia y cristalina.
En él mojo mis manos y también mi rostro.
Abro los ojos y levanto la vista.
Me tumbo sobre el césped y acaricio las flores.
Alzo los brazos, y sonriendo expreso mi alegría.
El camino para mí, ya ha finalizado.
Me paro aquí.
Pluma de Pintura.
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