
No puedo evitarlo, quiero que llegue el verano.
Los recuerdos vienen a mi mente...
Las tardes de piscina y el calor inaguantable.
El frío que se siente al lanzarse al agua para abrazarla mientras buceo.
Me dispongo a sumergirme bajo el agua, con ese color azul, es un momento de relajación bajo el manto de agua, como si estuviera en una pompa de jabón, rozando con mis dedos las baldosas azuladas de la piscina, escuchando el cantar de las corrientes de agua, como una sirena que no puede vivir sin el agua...
Al emerger de el fondo, despedí un rato a mi querida amiga agua...
Y entonces me senté y mientras almorzaba, sobre la toalla que cubría el verdor del césped, contemplaba las vallas blancas que protegían a la hermosa piscina, y esa pelota hinchable se encontraba a mi lado, después de tantos años acompañándome, no ha dejado de jugar conmigo en el agua azul...
Volví, y estuve dentro del agua toda la tarde, nadando entre las olas azules, con aroma a cloro...
Acariciaba mis extremidades, me hacía flotar y observar el cielo de color azul también, con sus nubes blancas, es un momento de paz y tranquilidad, el agua se encuentra en calma mientras yo la acompaño y ella me rodea con mi color favorito, el azul.
Piscina, pronto nos volveremos a ver.
Pluma de Pintura.
1 comentario:
Muy bonito tu relato, bastante original.
Saludos cordiales,
Hasta pronto un fuerte abrazo.
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